{Yaoi/G-Top/+16} Oh, my secretary!

Titulo del fic: Oh, my secretary.
Serie: BIG BANG
Parejas: G-TOP
Tipo : Yaoi / Lemon
Advertencia: Contendrá sexo.
Genero: Variado
Clasificación: +16
Hola ~ Pues saben, soy nueva aquí pero quería compartirles este fic porque le tomé cariño. Es el único seriado que hice de la pareja, los demás son todos oneshots. Esta será una versión restaurada del fic original que ya publiqué por otros bandos, porque lo iré puliendo, espero guste.


Oh, my secretary.

De cada cinco personas cuatro creen en el amor, de éstas cuatro sólo dos creen
en el amor a primera vista.

Ji Yong Kwon era un joven aplicado, soñador, guapo y sobre todas las cosas, audaz.
Nunca dejaba que sus sentimientos le jugaran una mala pasada. Aunque era muy
sensible, y lo sabía, siempre permanecía indiferente a los demás; tal vez por
no salir herido o quién sabe....
Ji-Yong había decidido que era hora de independizarse y buscar un trabajo
digno. Así fue a parar en aquella estrecha oficina. El aroma era neutro pero
relajante, el escritorio de madera reluciente y algunas carpetas con archivos
sobre él indicaban la presencia de un futuro jefe estricto y exigente. Un ruido
chocante lo hizo asustarse y dar la media vuelta con sorpresa se dio cuenta que
alguien había entrado a la oficina. Un hombre alto, delgado con traje negro.
Sus ojos negros como el carbón eran ahumados, sus expresiones eran serias y su
piel un poco más morena que la de Ji. Se presentó como Choi Seung Hyun, su
nuevo jefe, con una voz magistrosamente sensual.
Ahora se encontraba vestido como un clon de su jefe, cosa que no le agradaba
demasiado, y atareado con tareas administrativas. En su primer día de trabajo
le habían encargado el papeleo del mes como prueba de sus habilidades.
Al terminar caminó por el ancho pasillo pisando el piso reluciente que casi
opacaba a sus propios zapatos de charol. Acomodó su corbata y entró a la
oficina pidiendo permiso, con la sorpresa de encontrar a su jefe recargado
sobre el escritorio, con la cabeza hundida entre sus codos. Sin dudarlo Ji,
quien nunca le deseaba el mal a nadie, dejó el papeleo sobre el escritorio y se
acercó preocupado al mayor.
-¿Está bien? - preguntó a lo que el mayor contestó con un molesto gesto.
Asintió por fin y levantó el rostro mirándolo fijamente. Ji-Yong no supo porqué
pero su corazón paró de golpe, para luego recuperarse dando latidos más
acelerados que lo normal. Tal vez era su mirada, tan fría pero profunda; o
quizás su voz, que le había resultado perfectamente armoniosa y sensual desde
un primer momento.
-¿Trajiste lo que te he pedido? - preguntó ahora Choi Seung Hyun, que volvía a
tomar compostura. Ji se había quedado estático a su lado, señalando los papeles
listos en la oficina pero aún sin decir ni una sola palabra. -¿Acaso eres
sordo, o te has tildado? Te he dicho que te retires. -ante aquellas palabras
duras Ji volvió a la realidad, haberse quedado mirando a su jefe fantaseando
con las cosas que podían pasar sobre aquel escritorio no era lo más normal del
mundo y tampoco lo más discreto.
Salió de la oficina silenciosamente. El jefe Choi no se encontraba bien, era
obvio. Había llegado a ver el remolino de su suave cabello y eso lo había
dejado casi ciego. Sus finos y sedosos labios se podían ver desde donde Ji Yong
se había quedado, mirándolo como si hubiese una colisión de estrellas dentro de
sí.
Tenía que ayudarlo, por lo que habló con varias de sus compañeras de trabajo
para ver qué podría hacer. No encontró solución.
Se encontraba camino a casa mientras pensaba en cómo la habría pasado Gaho
solito, quizá había destrozado todo. Rió ante sus pensamientos. ¿Cómo podría
ese cachorrito romper más que algún juguete o alguna prenda? Justamente en el
momento en que formulaba una posible respuesta su móvil sonó anunciando una llamada
de la oficina. ''Oh Dios mío, ¿ya me habrán despedido?'' se preguntó para sus
adentros mientras aceptaba la llamada con nerviosismo. La secretaria estaba del
otro lado de la línea.

Ji no pudo comprender totalmente lo que le había dicho. Algo sobre horas
extras, papeleo y que su hermoso jefe requería su presencia. No dudó en decir
que sí, lo haría. No por el jefe o por que le gustase quedarse más tiempo fuera
de la casa nueva, o no le gustase jugar con Gaho sobre los cojines del sofá. Si
no que su razonamiento fue lógico, ¿Qué pasaría si no aceptara? Quedaría sin
trabajo. Así de simple cómo había entrado a la empresa todos le habían
advertido de aquello. Había días en los que uno se retiraba temprano mientras
que otros días parecían esclavos, pero a cambio se ganaba bien.

Al día siguiente Ji se alistó, preparó un café y se vistió con aquel traje
fuera de moda como él lo consideraba. La rutina lo aburría fácilmente, pero se
tenía que acostumbrar. Ya no podía rogarle a mamá 5 minutos más en la cama,
decir que estaba enfermo o escaparse del instituto.
Llegó a la oficina con puntualidad, se tomó las cosas con calma al ver una pila
de tareas sobre su escritorio y al sonar la alarma del almuerzo ya tenía la
mayoría del papeleo hecho. Sólo restaba ir a la oficina del jefe y... ver sus
ojos negros y profundos como si penetraran en su corazón... movió agresivamente
la cabeza. ¿Qué era lo que estaba pensando?. Había llegado allí por un trabajo,
no quería arruinarlo todo...pero era inevitable no pensar en el hombre que se
encontraba del otro lado del escritorio de roble brillante. Ji sabía había que
aceptarlo, no podía ignorarlo. Por lo menos no ese día. Tendría que verlo
durante las horas extras y realizar las demás tareas que, a su criterio, eran
bastantes y demasiadas para una sóla persona. No sabía que podría hacer su 'Súper
Jefe' Seung Hyun pero al menos él no podía con todo aquello en poco tiempo.

El almuerzo pasó rápidamente al igual que el resto de la tarde de trabajo. Eran
las siete de la tarde cuando las oficinas se fueron vaciando y sólo Ji Yong se
encontraba aún en la gran sala. Tomó la carpeta donde había archivado
cuidadosamente cada papel mandado y se dirigió por el ancho pasillo de nuevo a
aquel lugar que para él parecía una utopía.
Tocó suavemente la puerta con las yemas de los dedos cuando sintió unas manos
posarse en su cintura, dio la vuelta rápidamente, encontrándose con aquel
hombre de ojos negros. Muchos consideraban la cintura de Ji como algo perfecto.
Muchas amigas de su madre siempre le decían que era la medida perfecta para una
mujer, y aunque a él siempre le avergonzaban aquellos comentarios, en ese
momento se alegró de que su cintura hubiera sido de tal forma.
Suspiró levemente al tenerlo tan cerca, sin percatarse de las palabras del
mayor, que una vez más había quedado mirando al menor fantasear con que sus
manos subían por su torso y los labios de Seung se aferraban al aroma de su
frágil cuello. Seung rió haciendo que las fantasías cayeran de nuevo al suelo.

-¿Vamos o no a terminar todo aquello en la oficina?- Preguntó Seung, y por un
momento Ji Yong casi muere en sus fuertes brazos. Los pómulos de su jefe se
levantaron al igual que sus mejillas, su boca se arqueó y sus dientes
perfectamente alineados y blancuzcos se dejaron ver. ¿Acaso eso era una sonrisa?
Sí, lo era, y Ji Yong era la persona más feliz viendo simplemente cómo él
sonreía...

esta interesante :D
espero proximo cap :D

ya quisiera yo tener talento para escribir asi, esta lindo, me gusto, yy aparte es lemon y yaoi, me encanto :D

conti? is all?
NOOO!!! xD